La albahaca, orégano, romero, cilantro, tomillo, clavo, comino, pimienta, son algunas de las principales recomendaciones. Son baratas y en muchos casos se pueden plantar en una simple maceta. Además resaltan el sabor de los alimentos y, en muchos casos, también los aromatizan.
Otros sustitutos sencillos son el ajo y la cebolla, habituales en cualquier cocina, aportan aroma y sabor, aunque no todas las personas toleran su olor o sabor. Pueden utilizarse frescos, fritos, salteados o en polvo, incluso algunas marcas de condimentos directamente las bautizan como sal de ajo o sal de cebolla.
Los cítricos, como el limón y otras frutas también son buenos sustitutos. El zumo de limón, tradicionalmente, es un sustituto de la sal por su gusto fresco e intenso. Es un alimento extremadamente sano que ayuda a perder peso y a disminuir la presión sanguínea.
Se puede combinar con cualquier alimento, aunque casa muy bien con carnes y vegetales. También la naranja, la lima o las mandarinas son muy recomendables para diversos tipos de salsas o aderezos.
Los aceites de oliva que ya de por sí añaden un importante componente de sabor a muchas comidas. Pueden resultar caros a simple vista, pero hay que tener en cuenta que basta un simple chorrito para alegrar muchas comidas, como ensaladas o pescados.
Asimismo, el vinagre combina de maravilla con un buen aceite en las ensaladas y también en solitario para legumbres, marinados (carnes y pescados), salsas, entre otros.
Cabe señalar que la “Semana Mundial de Concientización sobre la Sal”, se celebra del 04 al 10 de marzo, y apunta a sensibilizar a la población sobre la importancia de la reducción del consumo excesivo de sal y sodio mediante diversas estrategias, que incluyen la eliminación de saleros de la mesa, añadir menos sal al preparar alimentos, condimentar con hierbas naturales en lugar de sal, y alentar, a la industria alimentaria a reducir la cantidad de sal y sodio que agregan a los alimentos procesados.
¿Cuánta sal necesitamos diariamente?
Según estudios realizados por diversas universidades y organismos sanitarios internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, la recomendación para una persona sana y con una actividad normal es de menos de cinco gramos de sal al día, lo que supone unos dos gramos de sodio.
Esta cantidad, que viene a ser una cucharita de café, supone reducir prácticamente a la mitad, según la Sociedad Paraguaya de Cardiología.